miércoles, 12 de noviembre de 2008

Las edu-hojas de la edu-enredadera

Formando parte de los recursos educativos que no fueron pensados como tales, encontramos a las poderosas bitácoras o blogs. Las tecnologías de la información y de la comunicación posibilitaron la creación de estos diarios abiertos, donde los cibernautas pueden expresarse, hacerse conocer y recibir noticias de otras personas, es decir, comunicarse.
Internet, a través del chat, y los SMS de los celulares, fueron acusados de ser causantes del empobrecimiento de la escritura. No puede negarse la “malformación” de la escritura que se emplea en ambos medios, pero Internet no es únicamente el chat adolescente. Además de contar con otras aplicaciones, la expresión escrita a través de una plataforma virtual de aprendizaje, una lista de distribución o su bitácora, condiciona el cuidado con el que se redacta el texto, en función de la heterogeneidad de los potenciales receptores. El contexto, el propósito para el cual se escribe, puede motivar al usuario a sacar lo mejor de ellos[1].
El blog es útil para promover las habilidades de lectura y escritura, y de comunicación. La característica diferencial como herramienta informática es su interactividad.
Aplicado a la educación, la escritura de la bitácora permite a los alumnos reflexionar sobre su aprendizaje, al volver sobre sus propios textos, que funcionan como registro de la evolución de sus conocimientos.
Aplicado en forma personal, permite expresar las ideas propias y abre la posibilidad de vinculación en la blogósfera con otras personas de intereses compartidos, la socialización cibernética. Hasta podría pensarse en el blog personal como un elemento más (o una versión moderna) del tradicional Currículum Vitae, que por su dinamismo y riqueza de formatos que ofrece, resulte una pintura fresca y creativa del postulante.
Son muchos los autores que analizan el fenómeno del blog en educación, “edublog”. Se destaca entre ellos el artículo publicado en la Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa, vol. 4, Nº1 (2005), titulado “El uso de weblogs en la docencia universitaria”, cuya autora es Adriana Gewerc Barujel[2]. La autora se refiere a la experiencia desarrollada en la universidad española de Santiago de Compostela, respecto de una asignatura sobre tecnologías en educación que compone el currículum del magisterio. En la particularidad de la experiencia se destaca la convergencia de los procesos de alfabetización y de competencia tecnológica, es decir, adquirir la habilidad de operar con la computadora e internet, junto a la de emplear esas tecnologías en el proceso de enseñanza (como futuro docente) y aprendizaje (como alumno del magisterio).
El blog individual producido por los alumnos se constituye en un Diario de Aprendizaje, un espacio donde registran sus experiencias y asumen un rol activo en la red, no sólo alimentándose de ella. Es también utilizado en la evaluación de los alumnos.
La autora señala que se utilizan otras vías de intercomunicación entre docentes y alumnos, como el chat, el foro y el correo electrónico. La utilización conjunta pretende crear y mantener una comunidad de aprendizaje. Es oportuno reflejar aquí el testimonio de un alumno que dice que “hecho en falta que la gente valore lo que escribo o que me critique, nadie hace comentarios, tan sólo Saúl me ha hecho un apunte y mi hermano otro y este no cuenta”. La comunidad, la colaboración, sólo se consigue entre varios, no necesariamente muchos; compartir no es desahogarse, expresar las ideas, protestar, mostrar sus preferencias. Si es el inicio para lograr el espacio común.
La creación de una comunidad, vinculada al concepto de aprendizaje colaborativo, se trata de un tarea que, en el ámbito educativo, la debe promover el docente, creando las condiciones adecuadas para que exista comunidad. Se logra cuando los participantes hablan entre sí, comparten recursos, se motivan y apoyan[3]. Es lo que un docente en aula tradicional calificaría como un curso participativo e integrado.El paso esencial es ofrecer el blog para un uso educativo, y explorar las posibilidades que se abren a partir de él. Podrá luego brotar del alumno una hoja más de la enredadera[4]. Para mantener verdes y vivas sus hojas, se deben valoras y confirmar entre sí mediante las visitas, los comentarios y enlaces.


[1] García Aretio, L. Bitácoras (weblogs) y educación. Editorial del BENED Septiembre 2005
[2] Gewerc Barujel, A. (2005) El uso de weblogs en la docencia universitaria - En Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa, 4 (1), 9-23 disponible en http://www.unex.es/didactica/RELATEC/sumario_4_1.htm
[3] Valverde Berrocoso, J. y Garrido Arroyo, Ma. C.(2005). La función tutorial en entornos virtuales de aprendizaje: comunicación y comunidad en Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa, 4 (1) 53-167.
[4] De Ugarte, David. El poder de las redes. ISBN de la edición electrónica 978-84-611-8873-4

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