miércoles, 12 de noviembre de 2008

Clásicas y modernas: las tecnologías en el aula

Quienes a diario intentan que sus alumnos aprendan, adoptan un modelo, que no siendo ni único ni definitivo, contiene la aspiración de que con él los alumnos aprendan. Incluyen ciertos recursos, implementan determinadas prácticas, las tecnologías están desde siempre presentes en el proceso de enseñanza – aprendizaje porque es imposible desarrollarlo prescindiendo de todas ellas. La tecnología asiste al docente a enseñar y al alumno a aprender, ayudando a desplegar la comprensión, posibilitando la transferencia y permitiendo reconocer el uso de conceptos, ideas, principios y sus relaciones. Iluminar el conocimiento, tratando los temas del currículum[1].
El pizarrón, los libros, los equipos de música, el laboratorio, la calculadora, las láminas y mapas, la “película”, el diario. Los docentes utilizan estas tecnologías clásicas en un contexto didáctico, con propósitos curriculares, y enseñan a utilizarlas, a “sacarles el jugo”. Puede que el alumno ya esté familiarizado con ellas, que su entorno familiar habitúe a emplearlas.
El alumno aprenderá habilidades de la utilización escolar, además de aprender contenidos. Los docentes pretenden que esos aprendizajes le resulten útiles, que los pueda reutilizar fuera de la escuela, en otros contextos separados por espacio y tiempo. Siempre que en esos contextos resulte significativo utilizarlos.
Las pretensiones del docente no se realizarán si el alumno no cumple con su rol de aprendiz en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Para lo cual deberá, ante todo, poner su esfuerzo. Deberá tener la voluntad de hacerlo.
Las modernas tecnologías de la información y la comunicación, se incorporan al proceso de enseñanza – aprendizaje con el mismo propósito que las clásicas: ayudar a que el alumno entienda. Aunque pueda torcerse la intención, como disciplinar a través del premio y del castigo, como un atajo al esfuerzo y tiempo necesarios, o por que ha resultado mal comprendida o incorrectamente aplicada.
Las tecnologías modernas existen en el contexto real, no son exclusivas ni contrapuestas al contexto escolar. El docente incorpora, de las existentes, aquellas que, a su entender, favorecen el proceso de la educación, enseñará apoyado en ellas los contenidos del currículo (quizás los mismos desde hace mucho tiempo, ya que suelen evolucionar más lentamente que las tecnologías), y junto con ellos, la habilidad tecnológica. En algunos casos se trata de integrar en la vida educativa los medios que el alumno maneja por su cuenta en un proceso que le otorgue nuevos sentidos y vitalidades[2].
Esta huella que queda en la mente de los estudiantes por operar con tecnologías, se denomina “Residuo Cognitivo”[3]. Este conocimiento representa un mayor dominio de habilidades y estrategias que servirán en situaciones posteriores (habilidades transferibles). El alumno aprende de las tecnologías, pero, desgraciadamente, cualquier colaboración exige esfuerzo, por este motivo el alumno deberá dirigir el proceso de aprendizaje metacognitivamente (mindfulness: atención voluntaria). Debe operar “con atención y a conciencia”. A su vez, el aprendiz se esfuerza cuando advierte que la tecnología es de vital importancia para la vida en su comunidad, es decir, la centralidad social y cultural de la tecnología en el contexto del alumno[4].
Las nuevas tecnologías posibilitan nuevos tratamientos, más atractivos, enriquecidos, como los hipertextos, que multiplican las puertas de acceso a nuevos enlaces, organizados como escrituras no secuenciales, a través de los cuales es fácil “perderse” en el laberinto de información. Sin embargo, el esfuerzo de aprender permanece.
Las tecnologías que se utilizan en el aula, clásicas o modernas, no están en el currículum, son propuestas por las experiencias, las modas, las creencias, las posibilidades. Es decisión del docente aceptar los retos de la sociedad, traspasando los usos personales, y utilizarlas para recorrer el camino de la educación junto a sus alumnos.


[1] Litwin, E. (2005) De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza Conferencia inaugural del II Congreso Iberoamericano de Educared "Educación y Nuevas Tecnologías" (Punto 2)
[2] Litwin, E. Op. citada (Punto 8)
[3] Litwin, E. Op. citada (Punto 2)
[4] Salomon G., Perkins D.N. y Globerson, T. en el Revista CL&E Comunicación, lenguaje y educación Nº 13/1992, pág. 6-22.

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